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¿Qué es el aleteo en el autismo y cuándo debemos intervenir?


Aleteo en autismo


El aleteo es uno de los comportamientos más visibles y comunes en muchas personas autistas. Se manifiesta como un movimiento rápido y repetido de las manos, como si se agitara para volar. Pero ¿qué significa realmente este gesto? ¿Es algo que debe “corregirse”? ¿O deberíamos entenderlo desde otra perspectiva?.

Antes de responder a estas preguntas deberíamos hacernos una más importante aún : ¿Es necesaria para las personas Autistas?



El aleteo no es un síntoma a eliminar


Desde la mirada neurodivergente, el aleteo no es una conducta extraña ni patológica, sino una forma de expresión, de regulación o de estimulación sensorial. Puede aparecer en momentos de emoción intensa, ansiedad, concentración o sobrecarga. También puede aparecer como forma de manifestar la falta de comunicación o feedback, y cómo forma de proporcionarse información sensorial.


En otras palabras: el aleteo tiene función. Y si tiene función, merece respeto. Merece entendimiento antes de su condenación.



Funciones posibles del aleteo



  • Autorregulación emocional: ayuda a canalizar la excitación o el estrés.

  • Estimulación sensorial: aporta una sensación física tranquilizadora, bien porque ayuda a canalizar estimulación aversiva, o porque proporciona información a zonas de bajo registro.

  • Comunicación no verbal: algunas personas aletean para expresar alegría, entusiasmo o frustración.

  • Concentración: en ciertas tareas, el movimiento repetitivo ayuda a centrar la atención.

  • Falta de feedback. Se produce como forma de propiciarse estimulación cognitiva ante un contexto poco estimulante.



¿Cuándo acompañar y cuándo intervenir?


No todo aleteo necesita ser corregido. No todo es blanco o negro. Se debe decidir los pasos a dar , una vez que se ha evaluado la función que cumple la conducta.

De hecho, intervenir sin comprender puede generar más malestar que ayuda.


Se recomienda intervenir solo si:


  • Hay riesgo de daño físico (por intensidad o fatiga).

  • Interfiere significativamente en la funcionalidad o el aprendizaje.

  • Causa rechazo o malestar social, y la persona lo quiere cambiar.



Esta intervención no va dirigida a la represión de la conducta, sino a la modificación para propiciar bienestar.


Cómo intervenir desde el respeto


En el modelo PAAIGI proponemos:


  • Observar primero: ¿cuándo, cómo y por qué aparece?

  • Ofrecer alternativas sensoriales si se necesita regulación: pelotas, cintas elásticas, objetos para apretar.

  • Enseñar conciencia emocional si la persona puede integrarlo: “¿Qué sientes cuando aleteas?”

  • Educar al entorno: a veces, no hay que cambiar a la persona, sino al contexto que la juzga.

  • Estimula la percepción visual si es necesario.

  • Adapta los contextos de aprendizaje para que sean significativos a la persona.



Conclusión



El aleteo no es algo que tengamos que reprimir, sino algo que debemos comprender. Como profesionales, nuestra labor no es normalizar, sino acompañar con criterio y respeto.

Para ello debemos entender, valorar y modificar si es necesario para la persona , teniendo en cuenta el bienestar de la persona.


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