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Qué es la Memoria de Trabajo y su Funcionamiento en el Autismo


memoria de trabajo

La memoria de trabajo es una función cognitiva esencial que nos permite mantener y manipular información en nuestra mente durante cortos períodos de tiempo.

Es clave para muchas actividades diarias, como resolver problemas, seguir instrucciones y tomar decisiones. Sin embargo, en personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), el funcionamiento de esta memoria puede diferir de la norma, lo que impacta en su aprendizaje, comunicación y habilidades sociales.


¿Qué es la Memoria de Trabajo?

La memoria de trabajo es un sistema temporal de almacenamiento y procesamiento de información. Se divide en varios componentes, según el modelo de Baddeley y Hitch (1974):

  • Ejecutivo central: Coordina y regula la información que se mantiene en la memoria de trabajo.

  • Bucle fonológico: Maneja la información verbal y auditiva.

  • Agenda visoespacial: Procesa la información visual y espacial.

  • Buffer episódico: Integra información de diferentes fuentes en una representación coherente.

Su función principal es mantener la información el tiempo suficiente para poder trabajar con ella. Esta información proviene tanto del momento presente , como de datos que recuperamos de la memoria a largo plazo.


Memoria de Trabajo y Autismo

Las personas con TEA pueden presentar diferencias en la capacidad y el uso de la memoria de trabajo. Algunos hallazgos clave en la investigación sobre la memoria de trabajo en el autismo incluyen:


  1. Dificultades en la memoria de trabajo verbal: Estudios han encontrado que algunas personas con autismo tienen dificultades en la manipulación y retención de información verbal. Esto puede afectar la comprensión del lenguaje y la comunicación oral. Se ha observado que estas dificultades son más evidentes en tareas que requieren la actualización constante de información, como recordar una serie de instrucciones verbales complejas.


  2. Fortalezas en la memoria de trabajo visoespacial: Algunos individuos con TEA muestran habilidades superiores en la memoria de trabajo visual, lo que les permite destacar en tareas que requieren recordar detalles visuales o patrones espaciales. Investigaciones han demostrado que estas fortalezas pueden estar relacionadas con una mayor activación de áreas cerebrales especializadas en el procesamiento visual, como la corteza occipital y parietal.


  3. Carga cognitiva y funciones ejecutivas: Dificultades en la memoria de trabajo pueden estar relacionadas con problemas en el control ejecutivo, lo que hace más desafiante la regulación del comportamiento y la flexibilidad cognitiva. Estudios neuropsicológicos han evidenciado que la conectividad reducida entre la corteza prefrontal y otras áreas del cerebro puede contribuir a estos déficits en el control ejecutivo y la memoria de trabajo en personas con TEA.


  4. Impacto en el aprendizaje y la socialización: Las diferencias en la memoria de trabajo pueden influir en el rendimiento académico y en la capacidad para seguir conversaciones, lo que afecta la interacción social. Por ejemplo, se ha encontrado que los niños con TEA tienen mayores dificultades para recordar el contexto de una conversación en desarrollo, lo que puede dificultar su participación en interacciones sociales dinámicas.


  5. Variabilidad individual: No todas las personas con TEA presentan las mismas dificultades en la memoria de trabajo. Algunos estudios han identificado subgrupos con perfiles cognitivos diferentes, donde algunos individuos pueden tener una memoria de trabajo más equilibrada entre lo verbal y lo visoespacial, mientras que otros muestran diferencias significativas entre ambas modalidades.


Estrategias para Mejorar la Memoria de Trabajo en Personas Autistas.


Si bien las diferencias en la memoria de trabajo pueden representar un reto, existen estrategias que pueden ayudar a optimizar su funcionamiento:


  • Uso de apoyos visuales: Diagramas, pictogramas y listas pueden facilitar la retención y organización de la información. Recuerda que estas deben ser siempre utilizadas de manera personalizada.


  • Descomposición de tareas: Dividir las actividades en pasos más pequeños reduce la carga de la memoria de trabajo. Conocer los pasos de una tarea es fuente de regulación.


  • Uso de tecnología: Aplicaciones y dispositivos electrónicos pueden ayudar a recordar información y estructurar el tiempo.


  • Ejercicios de entrenamiento cognitivo: Juegos y ejercicios específicos pueden fortalecer la capacidad de la memoria de trabajo. Estos deben también dirigirse a fortalecer las vías auditivas, ya que influyen directamente en la comunicación.


  • Ambiente estructurado y predecible: Reducir la incertidumbre y proporcionar rutinas claras puede minimizar la sobrecarga cognitiva. Se dedica menos esfuerzo en descifrar el contexto.



Como conclusión podemos indicar que la memoria de trabajo juega un papel crucial en el funcionamiento diario de todas las personas, pero en el caso del autismo, sus particularidades pueden influir en diversas áreas del desarrollo. Comprender estas diferencias y aplicar estrategias adecuadas puede mejorar la calidad de vida y el aprendizaje de las personas con TEA.

La investigación continua en este ámbito es fundamental para seguir desarrollando herramientas y estrategias que apoyen a quienes presentan estas dificultades cognitivas.

 
 
 
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