¿Es correcto hacer el diagnóstico a niños?

Decir diagnosticar, o iniciar el proceso de evaluación de tu hijo nunca es tarea de agrado. Varias preguntas pueden pasar por tu cabeza: ¿Por qué tengo que etiquetarlo? ¿Por qué lo voy a exponer a ese proceso? Si yo lo entiendo , no necesito nada de esto ¿por qué voy a hacerlo?

La mayoría de las veces , el debate interno se va a centrar entre lo que necesita mi hijo, fuera de casa, en la escuela , en sus relaciones con iguales, y lo que yo veo.

Esta dualidad , nos lleva al momento de duda. ¿Realmente es necesario?

Durante años he defendido que se debe evitar etiquetar a los niños desde fases tempranas. Mi defensa se basa en que, cuando se hace un diagnóstico se enlaza directamente un tipo de intervención, se clichea a la persona , como si sus características individuales, ajenas al diagnóstico dejaran de existir.

Este es para mi, uno de los grandes males del diagnóstico.

El diagnóstico debe servir de punto de partida de todo un camino de ajustes basados en las realidades individuales. Cada persona manifiesta las alteraciones desde su realidad,la cual depende de factores relacionados con su entorno, con su personalidad, con las experiencias que vive, etc. Si el diagnóstico no sirve como forma de iniciar una exploración de manifestaciones individuales, sino que por el contrario, sirve para adjudicar al individuo una serie de características generales y estandarizadas, pues carecerá de todo valor.

La evaluación es un inicio de conocimiento, para la persona que se evalúa, para su familia y para su entorno. Es un proceso, no acaba en el momento de entregar un informe. Debe llegar a un : “Estas son tus generalidades, ahora vamos a ver cómo se manifiestan en tí”. Esto es un diagnóstico comprensivo, una etiqueta que sirve. Y para qué sirve en su mayoría, para la identificación.

Las personas necesitamos sentirnos parte de algo, necesitamos saber que hay más personas como nosotros, más personas que asimilan y viven la realidad como nosotros. Es el proceso de identificación. Cuando una persona se sale de la norma, comienza a desarrollar la sensación de extrañeza de raro, eso suele afectar al autoconcepto , y no de manera positiva.

Así que, la evaluación es más que obtener el informe para entregarlo a algún organismo. Se trata de iniciar un camino de comprensión, de las necesidades de la persona, que nos permita ayudarla en todo su proceso de crecimiento. Es un diagnóstico comprensivo, no clasificatorio.

Dentro de la realidad que vive, conociendo cómo funciona tu mente, ¿cómo puedo ayudarte?.

Ese es el objetivo real de un diagnóstico, permitir desarrollar la pertenencia desde el ajuste de la persona teniendo en cuenta su realidad, para mejorar su crecimiento aportando las ayudas necesarias, y protegiendo la salud mental.

Luego, sí, es correcto diagnosticar a un niño , siempre que el objetivo sea la comprensión y el acompañamiento.